Cambiar hábitos, modificar nuestras perspectivas y salirnos de nuestra zona de confort puede ser abrumador y parecer difícil, pero realmente no lo es.
Al principio, como todo cambio puede darte miedo, incertidumbre y generarte algún malestar, sin embargo, en muy poco tiempo empezarás a notar cambios y te sentirás cada vez mejor. Con la constancia poco a poco se convertirá en tu estilo de vida y difícilmente te saldrás de ahí, serás más saludable, tu aspecto cambiará, tu actitud y humor serán más positivos, tu energía se transformará y lo mejor: ¡Te sentirás más feliz!
Para que no decaigas en el intento, te tenemos algunos consejos que te ayudarán a dar ese pequeño salto, mantenerte y lograrlo.
Hazlo por ti, sé consiente que sólo tú tomarás la decisión, el compromiso es contigo, tú eres el límite y tu mayor competidor. El tomar en serio el proceso y conseguir los logros sólo dependerá de ti. No necesitas a nadie que te de un empujón para que lo lleves a cabo.
Difícilmente podrás llevar un rumbo sin un objetivo. Define qué quieres lograr. Puede ser uno o varios objetivos y puedes ir cumpliéndolos por tiempos.
Ya que tienes definido tu o tus objetivos, busca motivaciones visuales. Cada vez que sientas que pierdes el rumbo o el regresar de nuevo al confort pase por tu mente, corre a esa motivación, visualízala y regresa al camino. Lo harás con más energía.
Si saturas tu mente o cuerpo, difícilmente te quedará una buena experiencia y no querrás volver a repetirlo. El cuerpo por sí solo es muy inteligente y adaptable, por lo que se va acostumbrando y puedes ir aumentando de intensidad o de progreso. Por ejemplo; inicia con 10 sentadillas, 10 segundos de plancha y 5 flexiones, ve aumentando poco a poco con los días. Si tu plan es correr, camina 3 minutos y corre 30 segundos, con el tiempo irás aumentando y tu resistencia será mejor.
No te desesperes si no ves un gran cambio en una semana. Tu cuerpo lleva mucho tiempo con un cierto tipo de alimentación y actividad, por lo que será imposible que en un abrir y cerrar de ojos se modifique completamente. Recuerda que todo lo bueno y duradero exige tiempo.
Muchas veces por el afán de querer ver resultados rápidos entramos en un estado de frustración al ver que un mes de ejercicio y cambio de alimentación no han marcado por arte de magia los abdominales. Olvídate de eso y disfruta del proceso, sé consiente de cómo poco a poco tu cuerpo y ánimo van cambiando; la gente que modifica su cuerpo también modifica su vida, lo hacen sin presión y aprovechan cada instante para sentirse feliz.
Cuando decides modificar tu estilo de vida, la consciencia propia es la clave del éxito. Al entrenar debes ser consiente de los movimientos que haces, para hacerlo de forma correcta, para no lastimarte y para sentir cada músculo y parte del cuerpo que se está trabajando. Debes concentrarte para que tu mente y cuerpo se muevan por igual, en armonía junto a la nueva disciplina que estás adoptando.
Y eso incluye una alimentación sana y balanceada, una rutina de ejercicio, hidratarte, descansar, dormir bien, divertirte, hacer cosas que te gustan, dedicar tiempo de calidad a ti y a las personas que amas, tener una actitud y pensamiento positivos, actuar con amor, ser amable, tratarte bien, quererte y quererte mucho, querer al mundo y ser cada día más feliz.
Olvídate del celular y deja de estar pendiente de él todo el día. Empieza a ser consiente de tu alrededor, mira a las personas, percibe los aromas, disfruta de los colores y de las sensaciones que te causa el dejar de ver el celular, levantar la cabeza y disfrutar de la vida que está frente a ti.
¡Inténtalo, te sorprenderás de todo lo que puedes lograr y admirar!
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